Rom. 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
La Biblia presenta muy claramente que hay confesión antes de que haya salvación. Esto quiere decir que la persona que solamente cree en Jesús pero no quiere “avergonzarse” por públicamente identificarse con Cristo y sus redimidos, esta persona todavía no es salva.
No hay obra de nuestro parte para ser salvo, pero la fe verdadera que salva no es tímida en hacerse reconocida para todo el mundo. Esto quiere decir, la persona salva lo confiesa, lo profesa a todos que puede. Sin ello su fe no es sincera en esta persona, y no ha llegado a la salvación.
Mat. 10:32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Debemos entender muy bien que la falta de confesar, o el negar a Cristo delante de los hombres es algo en que la persona está negando su fe en Jesucristo, diciendo a todos que realmente no confía en Jesús para ser salvo. Esto son las meras palabras de Jesús que nos aclara esto aquí.
Definición de confesión pública – La confesión pública puede tomar muchas diferentes formas en cómo es hecho, pero el asunto es que no falta de usar los principales medios establecidos en cumplir con el asunto.
Un abogado a veces tiene que hacer un tramite “pública.” Por ejemplo, murió alguien, y tiene que avisar “todo el mundo” que las personas que tenía deudas con este difunto tienen que contactarle para que le pague del patrimonio del difunto. El abogado pone una noticia de defunción en el periódico para que quien que sea se entera.
Confesión no es una obra, sino fruto o evidencia de la fe salvadora – Debemos ser claro aquí, la confesión no nos salva, sino es lo que siempre tiene que venir después de la fe salvadora, siempre sin excepción. La confesión de Cristo no es un antecedente de la salvación, sino procede de la salvación. No es antes de ser salvo, sino después.
Hch. 8:36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
En el pasaje en Hch. 8:26-40, Felipe testifica de Cristo con el etíope. Debemos anotar que en la presentación de Felipe, el etíope entendió que hubo necesidad que él confiesa públicamente a Cristo delante de los hombres si es que realmente cree en Jesús para la salvación. El etíope no quiso esperar sino inmediatamente profesar a Jesucristo como su Salvador personal.
Sin que la persona misma, de su propia voluntad, vive esta confesión pública, no es salvo. Las personas que no confiesa a Jesucristo están negándole.
1 Jn. 2:23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
1 Jn. 4:15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
Jn. 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.19 Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Contentido
¿Qué confiesas?
1 Jn. 4:2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
Confesamos que Jesús es el Cristo, el Salvador de Dios, y que ha venido en forma humana para salvar a los hombres de sus pecados.
Fil. 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
También podemos decir que el cristiano confiesa que ha cesado de su control de su propia vida, y ahora Dios es en control de su vida. Esto quiere decir que uno es salvo por dejar su propia voluntad y hacer la voluntad de Dios el Padre. Dios es su “Señor” o Amo, o quien que manda en su vida.
¿Cómo confiesas a Jesucristo?
Dios ha establecido unos “medios estandartes” para anunciar nuestra fe en Jesucristo. Tal vez hay otras formas de confesar a Jesús, pero estas son las más comunes, y las formas vistas más a menudo enla Biblia.
Confesando verbalmente delante de los hombres.
Jn. 1:40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.41 Éste halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).
Simplemente esto es de atribuir la salvación y la diferencia de tu vida con los demás a Jesús. Cuando se presenta la oportunidad, el cristiano lo toma para tocar el tema de su Salvador y Salvación.
Hch. 4:13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
Unas de las marcas de los cristianos enla Bibliaes que hablan de su Salvador con denuedo. Esto no es una obra que ellos hacen para ser salvo, sino es un resultado de la verdadera salvación. La persona salva quiere otros de sus amigos, familia, conocidos de entrar en la misma salvación para que gocen de la bendición.
Por el bautismo en agua.
Hch. 8:36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
En la Biblia, cuando una persona es bautizada, esto representa una declaración de algo que acaba de suceder, que es su salvación. Vemos que la confesión del etíope es exactamente lo que pensamos cuando decimos que debemos confesar a Jesús. Los elementos de que Jesús es el Cristo, el Salvador de Dios, y es Dios.
Mat. 28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…
Debemos entender que el bautismo como una confesión de Cristo que es algo en el principio de su nueva vida espiritual en Dios, pero todavía después de la fe salvadora. La condición que Felipe puso antes que sea bautizado es la fe. Después de ser salvo, viene la enseñanza.
Por identificación y integración con una iglesia local.
Debemos ver que Dios ha establecido una estructura especial para nosotros. Es el diseño de Dios que los salvos en un área se juntan en un grupo llamado “iglesia.” Esta es una iglesia local. La iglesia local es un grupo de redimidos que se reúnen con el propósito de proclamar su salvación delante de los hombres. Esto quiere decir que ellos se organizan por el propósito específico de cumplir con la voluntad de Dios, y hacer la obra de Dios entre ellos. Esto no es invento humano, sino es por diseño y mando de Dios.
La salvación va mucho más allá que solamente irse al cielo cuando muera. Dios tiene Su voluntad para nosotros en cuanto las cosas aquí en la tierra antes que morimos. Si alguien no se preocupaba sobre todo esto, nosotros no hubiéramos escuchado el evangelio, y ni seríamos nosotros salvos ni enterados de todo esto.
Vamos a ver un poco más de esto más adelante. Por ahora, debemos entender que estamos identificándonos como unos de los redimidos de Cristo cuando reunimos en los servicios y ministerio de una iglesia local.
Por testificar a otros de su fe en Cristo.
Tal vez el punto más directo de “confesar a Jesucristo” es simplemente de explicar el evangelio a otros. Esto es el testificar o evangelizar.
Mat. 10:32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
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