Abogado. Es la misma palabra griega “Consolador” [G3875 parakletos].
Aunque la palabra “abogado” en español solamente ocurre en 1Jn. 2:1, la palabra en griego ocurre también en Jn. 14:16, 26; 15:26; 16:7, donde la traducción es “Consolador”, quien es el Espíritu Santo y Jesucristo.
Un abogado es uno quien toma la defensa y causa de otra persona, y en quien el acusado tiene fe para defenderle. Nuestra relación salvadora con Jesucristo nos provee el amparo de Dios, Jesús siendo nuestro abogado. “Consolador.”
El concepto es alguien que apoya o esfuerza la vida de otro, pero no es muy adecuado “consolador”, porque la idea de consolar es de hacer a uno de aceptar su tristeza y miseria. La idea de abogado es más bien de venir a su lado para defender y apoyar a uno en su lucha, igualmente defendiéndole que instruéndole como evitar más infracciones. Ve Rom 8:34; Heb 7:25; 9:24.
Ve Consolador.
Cita: 1x 1Jn. 2:1 “si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”
Concordancia.
Intercesión por el bienestar de un pueblo, Est. 10:3.
Abogado en el trono de Dios, Job 16:19-21.
Defensor en el cielo, Job 16:19-21.
Hay quienes necesitan abogado, Pro. 31:8-9.
Abogados que fracasan, Jer. 15:1.
Dios es mi abogado, Lam. 3:58.
Intérprete de la ley, Mat. 22:34-36.
Fariseos e intérpretes de la ley desechan ley mosaica, Luc. 7:30.
El Espíritu Santo aboga por nosotros, Jn. 14:16.
Súplica por Onésimo, File. 8-21:
El Sumo Sacerdote del cielo, Heb. 8:1-2.
El papel de Jesús, 1Pe. 3:22, 1 Jn. 2:1-2.